Los trastornos temporomandibulares son la causa principal del dolor maxilofacial de origen no dentario, en la que confluyen distintos factores desencadenantes, agravantes y predisponentes. Entre ellos se encuentran patologías sistémicas de distinta índole, malos hábitos, patologías de sueño, entre otras. Un factor conocido pero generalmente mal abordado es el bruxismo, que se entiende como la acción inconsciente de rechinar o apretar los dientes en vigilia y/o en el sueño o tensar la mandíbula incluso sin contacto dentario, causando a veces dolor y/o problemas en las estructuras involucradas (dientes, articulación y músculos).